domingo, 15 de diciembre de 2013

¿Cómo son los inviernos en la playa?

Imagino que no querrás volver a verme, me porté fatal contigo, mi mayor error fue pensar que tu me podías curar... solo yo puedo curarme. Me gustaría convertirme en una persona que merezca estar con alguien como tú, para cuando lo consiga espero que sigas ahí, esperándome. 
Evita el amor a toda costa, era mi lema, sí, era, ahora soy como un simple poema sin ningún tema del que hablar, o mucho peor aún, sin rima alguna. 
Imagínate lo duro que puede ser un día que no es bueno, ahora imagínate una semana completa así, y peor, imagínate que hoy es domingo y llevas todo el día metido en la cama y hace rato que se te han acabado las lagrimas para llorar, jodido eh.
Dicen que escribir consiste en escuchar lo que dicen nuestras voces del interior y descifrarlo lo mejor posible, en este caso son ellas las que escriben por mí, en el mundo hay dos tipos de personas, los románticos, y los realistas, estos últimos follan mucho más, en cambio disfrutan mucho menos, vivimos a toda velocidad sin disfrutar del momento, inmersos en nuestro ritmo acelerado para conseguir nuestros propósitos en la vida. Pero tengo flashes de lucidez, de gran lucidez, en los que me paro a pensar y me digo: espera, ya la tengo, ésta es mi vida, afloja el ritmo y disfrútala porque todos acabaremos bajo tierra y se habrá acabado todo. Por eso tenemos que follar. Qué diga, vivir. También dicen que un escritor es la suma de sus experiencias, yo ya he empezado a buscarlas, te puedo esperar a mitad de camino siempre que quieras... 
Y es que contigo me siento un poco menos cínico, un poco menos idiota, imagínate como tenía que ser antes de ti, un desastre, como este domingo muerto de asco escuchando Imagine Dragons o a Ed Sheeran para acompañar al día, uno de esos que no se tachan del calendario, simplemente se arrancan, se queman y las cenizas van al peor de los sitios que puedas imaginar.
En fin...
Dicen que las cosas más importantes son las más difíciles de contar, espero que ahora entiendas mi cara de idiota sin apenas articular palabra cuando nos sentamos a hablar sobre sentimientos en cualquier portal justo antes de despedirnos hasta Dios sabe cuándo.
Y aquí sigo sin mucho más que decir... adiós.. o bueno, hasta cuando quieras, yo estaré a mitad de camino esperando. No tardes.

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